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sábado, 15 de junio de 2013

EL HÉROE MISTERIOSO...

4 DE SEPTIEMBRE 2008. 

Ese día se celebraba en San Telmo el día de la historieta y con gran acierto, homenajeaban a los grandes, a los históricos del comic nacional. 


Pasaban por allí Carlos Albiac, Eugenio Za-ppiettro (o Ray Collins), Carlos Vogt, Mannken, Horacio Lalia, Carlos Meglia y Alfredo Grassi.


Sobre este último quiero hacer hincapié. Avanzado en años, con bastón, distraído, el maestro subió a recibir su merecidísima condecoración. Detrás suyo, una pantalla gigante de 3 metros de altura se bamboleaba (como toda la jornada) peligrosamente. La pantalla no quiso saber más, y comenzó a caer sobre la humanidad del maestro, que seguía en su propio mundo, agradeciendo y contando anécdotas. La reacción del público fue un - Oooooh! - generalizado. Creíamos que el viejo la terminaba en el hospital (o peor).
De repente, un joven alto, fuerte y bien parecido, salió desde nadie sabe dónde, trepó al escenario mientras la pantalla continuaba su camino letal y la atajó antes que el viejo maestro se diera cuenta. Así la sostuvo, hasta que unos del lugar se acercaron a ayudarlo
y la sujetaron.

El público gritaba: - SALVADOR! SALVADOR!
El viejo continuó su anécdota interminable, sin enterarse del episodio.
Y yo bajé del escenario a seguirlo escuchando, un poquitín avergonzado, vergüenza escénica, le dicen. Porque sí, el que saltó de la nada y nos dió unos años más de Alfredo Grassi, era yo.

Y él nunca se enteró

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-11185-2008-09-06.html



En primer plano, de izq. a der.: Morhain, Enio, Lalia, Alfredo Grassi y Canelo.